sábado, 11 de julio de 2009

Reglas para la fijación de objetivos

• Claridad: Un objetivo debe estar claramente definido, de manera tal
que no quede ninguna duda en aquellos que son responsables de
participar en su logro.
Su lenguaje debe ser estricto y conciso, de manera que pueda ser
entendido fácilmente y comunicar exactamente lo que se quiere. Se
deben utilizar palabras que no sean vagas, imprecisas como por ej.
Comprender, estimar, suponer, muchos, pocos, etc.
• Flexibilidad: Los objetivos deben ser lo suficientemente flexibles para
ser modificados cuando las circunstancias lo requieran. Dicho de otro
modo, deben ser flexibles para aprovechar las condiciones del entorno.
• Medible o mesurable: Los objetivos deben ser medibles en un
horizonte de tiempo para poder determinar con precisión y objetividad
su cumplimiento.
• Realismo: Los objetivos deben ser factibles de lograrse dentro de las
condiciones y plazos establecidos.
• Coherencia: Un objetivo debe definirse teniendo en cuenta su utilidad
para la empresa. Los objetivos por áreas funcionales deben ser
coherentes entre sí, no deben contradecirse.
• Motivación: Los objetivos deben definirse de tal forma que se
constituyan en un elemento motivador y en un reto para las personas
responsables de su cumplimiento.
En caso de ser necesario, relacione los objetivos a acciones específicas.
Fije objetivos sólo en relación con otros objetivos de la organización.
Fije metas suficientemente altas para que los empleados tengan que
luchar por cumplirlas, pero no tan altas que los empleado se den por
vencidos
Un aspecto importante que está relacionado con la formulación de los
objetivos y que permite que se reafirme la necesidad de realizar un
proyecto determinado es su JUSTIFICACIÓN.
Ésta se hace sobre la base en la identificación de una problemática que se
quiere resolver con el proyecto, por lo que nos debemos preguntar sobre
el porqué se requiere su realización. El análisis de este interrogante nos
orientará sobre cómo justificarlo, sustentándolo con argumentos claros,
cualitativos y cuantitativos, que deben soportarse con una buena
información.
La justificación no tiene otro propósito que indicar o describir el porqué del
proyecto, qué importancia y qué utilidad tiene para el problema que se
busca resolver. Se trata de argumentar por medio de conceptos técnicos y
científicos que:
• Existe una necesidad que debe ser satisfecha.
• Existe un problema que debe ser solucionado.
• Hay una oportunidad que puede ser aprovechada.
• El proyecto va a satisfacer la necesidad o a resolver el problema.
• Estas necesidades y problemas tienen prioridad sobre otros.
• Existen argumentos políticos, sociales, económicos, técnicos y
humanos que justifican que se conceda prioridad a la solución de
estos problemas o a la satisfacción de ciertas necesidades.
EJEMPLO:
Para la creación de la “Comercializadora la gran oferta”, se podrían
considerar los siguientes aspectos como puntos de partida para
justificarla:
• Bajo nivel de organización de los productores para mercadear
(número de productores interesados, volúmenes de producción,
localización geográfica de productores, tipos de productores,
etc.)
• Número de comunidades interesadas en el proyecto.
• Quiénes apoyan la implementación del proyecto.
• Alto nivel de pérdidas por manejo inadecuado de los productos.
• Necesidad de reducir los intermediarios para la comercialización.
• Fortalecer las organizaciones de base de la región.
Para hacer una buena justificación se debe realizar una consulta
amplia de información y estadísticas cualitativas que permitan su
sustentación.

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